¿Construimos las ciudades para que la gente invierta? O ¿Para que la gente las habite?
En realidad, invertir es una buena decisión. Si somos estrictos con el significado. Pues una inversión debería generar más. La cuestión es cuando lo que se busca en realidad es la especulación.
La especulación inmobiliaria es la compra venta de inmuebles principalmente para tenerlos como reserva que generará una plusvalía y rentabilidad. Por eso es que llegamos a ver desarrollos que tiene una ocupación mínima pues fueron adquiridos únicamente como una forma de inversión.
Sin embargo, el mercado inmobiliario debería por naturaleza tener una
rentabilidad social y después una rentabilidad económica.
Talvez una posible respuesta a esto sería equilibrar y regular los mercados inmobiliarios. En relación a que también existe una enorme demanda de vivienda en contraste a este fenómeno.
Es muy bueno hacer negocios e invertir en construcción. Más apreciándolo siempre como un medio de inversión más que especulación.
Cuando una inversión trae consigo beneficios a las comunidades de la zona estamos hablando de un proceso sano.
Cuando en una inversión no tiene relevancia el impacto en las demandas de la comunidad. Como por ejemplo la demanda habitacional. Entonces es únicamente un negocio.
El planteamiento de la pregunta que da nombre al encabezado. Fue inspirado por David Harvey que es un geógrafo y además un estudioso del marxismo como filosofía más que un planteamiento sobre la economía. Dado que actualmente se vive un entorno muy parecido al que Marx en su momento analizó.
Cabe hacer la aclaración de que como tal no me considero especialmente partidario ni del socialismo, ni del capitalismo en su versión más voraz como Harvey los definiría. Pero como planteamiento filosófico si el algo por considerar seriamente.
En Latinoamérica no se aplican realmente las enseñanzas del marxismo. Más bien se desvirtúa a través de una supuesta izquierda que se mueve por sus intereses por industrias rentables como la petrolera.
Por otro lado, los grandes imperios capitalistas endeudan a la población absorbiendo el dominio de los mercados solo para ellos.
Tomar la decisión de urbanizar para la generación de nuevos desarrollos que serán destinados a la especulación inmobiliaria es un proceso que no tiene vuelta hacia atrás.
Como posibles soluciones estaría equilibrar y regular los mercados inmobiliarios para no abusar y devastar los mercados con endeudamiento, cuando a su vez existe una demanda de vivienda por parte de la sociedad.
Recordando que la unión hace la fuerza. Las alianzas interdisciplinarias pueden ser también una respuesta. Así como cadenas productivas que involucren a las comunidades. Respetando el bien común, a través de un mercado más justo, donde no se abandonen segmentos de la población.
Apoyarse en esquemas de negocio realmente sustentables.
Hacer realmente un análisis de mercado, así como verdaderos estudios socioeconómicos para quienes acceden a los créditos inmobiliarios en los casos que apliquen.
Limitar el desarrollo de proyectos no utilizados en base a los porcentajes de ocupación. Un desarrollo habitacional que no es habitado no tiene sentido.
Calcular la auténtica derrama económica más allá del proceso de construcción.